sábado, 13 de marzo de 2021

Un comienzo

 Desperté al oír el ruido de la lluvia chocar contra los cristales de mi habitación. Aún no había amanecido, y yo como cada día, ya estaba despierto esperando la medicación de cada día. Para mí, ya no había noche ni día. Simplemente eran iguales todas las horas de mi vida. O eso me parecían a mí, desde aquella última fiesta.

De ese día, ya han pasado demasiado atardeceres, y un sinfín de amaneceres que contemplar tras la ventana de mi habitación. Ciertamente aquella fiesta cambió mi rutina. ¡¿Qué rutina?! Pues la misma que la de cualquier joven que comenzaba sus primeros pasos en la universidad. Así es, exactamente yo tenía los diecinueve años cumplidos.

Mis antiguos compañeros me denominaban: Antoñito, el juerguista. Efectivamente me gustaba mucho la fiesta y porque no, beber algún cubata que otro.

Sin embargo, a esa edad, se puede decir que era algo normal… No lo que me sucedió, sino que te guste la fiesta.

Continuara… (Si te gusta la historia que acabo de comenzar, coméntalo y dame algún consejo para seguir con ella. Así, podrá ser un punto y aparte, y no, un punto final).